Desde los primeros acordes, el público acompañó con fervor cada canción. Clásicos como “Cae el sol”, “Por mil noches”, “Tu locura” y “La balada del diablo y la muerte” resonaron con fuerza en un estadio colmado, que vibró al ritmo de guitarras afiladas y letras que ya son himnos generacionales.
Uno de los momentos más celebrados de la noche fue la aparición de Ricardo Mollo, líder de Divididos, quien se sumó como invitado especial. Su presencia en el escenario generó una ovación inmediata y selló un cruce histórico entre dos generaciones del rock argentino. La química entre Mollo y los Sardelli fue evidente, y el público lo vivió como un regalo inesperado.
La puesta en escena acompañó con precisión cada clima del recital: luces, pantallas y visuales que reforzaron la intensidad de cada tema, desde lo épico hasta lo introspectivo. Airbag demostró una vez más que su crecimiento artístico va de la mano con una conexión genuina con su audiencia.
Con este nuevo show en River, la banda no solo ratifica su poder de convocatoria, sino también su capacidad de reinventarse y emocionar. Airbag sigue escribiendo su historia en mayúsculas, y lo hace con rock, pasión y una entrega total sobre el escenario.