Sin embargo, para Melingo los nuevos paradigmas estéticos no implicaban «un cambio fundamental en el funcionamiento» del grupo.
«Todo va mutando. Muchas veces los cambios los ves en perspectiva. Cuando sos artífice de esos cambios, es difícil notarlo, sobre todo cuando no son especulativos, sino que se van produciendo de manera natural y colectiva. En este caso, no fue un cambio impostado, sino necesario para poder seguir siendo parte del mismo», concluyó Melingo.
Una accidentada actuación en Octubre de ese año en el Festival Rock and Pop, en el Estadio de Vélez, marcó el final de esta etapa, con la salida de Calamaro y Cachorro López. Llegarían los tiempos de cambios, el éxito de «Cosas mías» y la muerte de Miguel Abuelo, en Marzo de 1988.