El saxofón, como recurso sonoro, destaca por lo exótico de su timbre y funciona como un contrapunto físico a lo sexual de la pluma afilada de Laferte en la letra la cual aborda el deseo desde un lugar explícito y contemporáneo.
El videoclip que acompaña el lanzamiento, dirigido por la cineasta chilena Camila Grandi y producido por el colectivo Buena Noche, está ambientado en una oficina de los años 90.
La estética visual complementa el sonido del track con referencias claras al cine y la cultura pop con fuerte carga erótica. Es un video que se inspira en el lenguaje del soft porn de época, su estética, tensión y simbolismo que nos invita a fantasear.