El resultado es una pieza renovada que conserva la esencia del tema, pero la expande con arreglos nuevos, percusiones envolventes y una atmósfera espiritual que caracteriza al reggae. La canción cobra otra vida gracias al respeto mutuo entre ambas bandas, que logran amalgamar géneros sin diluir sus identidades, generando un puente musical que conecta culturas y públicos diversos.
La colaboración forma parte del álbum Hecho en Jamaica, el más reciente trabajo de Nonpalidece, donde la banda revisita sus clásicos con invitados de lujo. Este proyecto no solo homenajea el legado jamaiquino del reggae, sino que también ofrece nuevas lecturas musicales que celebran la diversidad de la escena latinoamericana.