“Llegó un momento donde lo único que tenía en la cabeza era la ópera y todo lo que me pasaba lo asociaba con la psicología de los personajes”, confesó el propio García.
La grabación del disco se llevó a cabo en los míticos estudios Ion, con técnicos como Osvel Costa y músicos como Fernando Samalea (batería), Fernando Lupano (bajo), María Gabriela Epumer (guitarra) y Luis Morandi (percusión). También se grabaron partes en La Diosa Salvaje, el estudio de Luis Alberto Spinetta, donde participaron Mario Breuer, Aníbal “La Vieja” Barrios y una larga lista de invitados: Juanse, Fabián Quintiero, Alfie Martins, Illya Kuryaki & The Valderramas, Jorge Pinchevsky y La Bruja Suárez, entre otros.
Con 23 canciones y casi 70 minutos de duración, el disco llevó al límite la capacidad de un CD. Según se cuenta, cuando la discográfica pidió un tema más “comercial”, Charly escribió “Chipi Chipi” en apenas diez minutos.
La mezcla final fue realizada por Joe Blaney en los estudios neoyorquinos Chung King House of Metal. La salida del álbum estuvo acompañada por una enorme campaña de marketing, que incluyó un cartel frente al Obelisco que proclamaba: “El genio ha vuelto”. El disco fue certificado Platino con 60 mil copias vendidas y tuvo una presentación histórica en el Teatro Opera, con diez funciones a sala llena en septiembre de ese año.
Ahora, este hito musical argentino vuelve a las bateas en una cuidada edición en vinilo color plateado, ideal para coleccionistas y fanáticos del universo creativo de Charly García.